Jean Paul Sartre: El Existencialismo es Humanismo

No hay otro universo que este universo humano, el universo de la subjetividad humana

Sartre.
Sartre y Foucault

«El existencialismo es un humanismo» es una conferencia, que el filósofo francés Jean-Paul Sartre ofreció en París, el lunes 29 de octubre de 1945 a petición del club Maintenant, un grupo creado por Jacques Calmy y Marc Beigbeder, con el propósito de impulsar la literatura y el ejercicio intelectual.

En la conferencia que Sartre ofreció, comienza él refutando las críticas que han hecho al existencialismo. Reproches que describen al existencialismo como una filosofía burguesa, argumentando que, la contemplación es un lujo, y la filosofía es contemplación, ésta es una crítica, que realizan los comunistas, a esta corriente filosófica. Por otra parte, los católicos, le refutan al existencialismo, aludiendo que niega la realidad y que le abren las puertas al subjetivismo, suprimiendo los mandamientos de Dios.

A consecuencia de esto, dice Sartre, existen dos tipos de existencialistas; los primeros, son los existencialistas cristianos, entre los que se encuentra Jaspers y Gabriel Marcel. El segundo grupo, lo conforman los existencialistas ateos, entre los que destacan Heidegger, los existencialistas franceses y el mismo Sartre se auto-enlista en este grupo.

Estos dos grupos tienen un aspecto en común, argumentan que la existencia precede a la esencia. Sartre, se refiere a que es imposible la manufactura de cualquier objeto, sin un previo concepto de lo que se quiere crear y la utilidad de éste: “Consideremos un objeto fabricado, por ejemplo un libro o un abrecartas. Este objeto ha sido fabricado por un artesano que se ha inspirado en un concepto; se ha referido al concepto de abrecartas e igualmente a una técnica de producción previa que forman parte del concepto, y que en el fondo es una fórmula. Así, el abrecartas es a la vez un objeto que se produce de cierta manera y que, por otra parte, tiene una utilidad definida, y es impensable que un hombre produzca un abrecartas sin saber para qué va a servir ese objeto”[1]. Se puede decir, entonces, que en este caso el conjunto de fórmulas y cualidades, es decir la esencia, le precede a la existencia.

El humano, es el único que, no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como él se concibe después de la existencia,

El decir del existencialismo ateo, en palabras de Sartre, es más coherente, pues postula la inexistencia de Dios. Este postulado trae como consecuencia una referencia excepcional, en donde la existencia precede a la esencia; en donde un ser existe antes de poder ser definido, y ese ser es: el ser humano. Esto quiere decir que, lo primero que hace el humano es existir, posteriormente, se encuentra y se define. Según Sartre, el hombre tal y como lo concibe el existencialista, sino es definible, es por que empieza por no ser nada. Si no existe Dios, no hay naturaleza humana, porque no hay quien la conciba, es decir, el hombre se concibe a sí mismo.

El humano, es el único que, no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como él se concibe después de la existencia, como él se quiere, después de este impulso, hacia la existencia. El humano no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo. Es también, lo que se llama subjetividad, lo que nos echa en cara el ser humano[2].

Si Dios no existe y el hombre precede a la esencia, el hombre debe hacerse cargo totalmente de su propia existencia. Pero, al defender Sartre, que el hombre es responsable de sí mismo, no lo hace argumentando una individualidad, sino que, el hombre es responsable por todos los hombres, por la humanidad. El hombre debe elegir sobrepasar la subjetividad[3] humana, eligiéndose a sí mismo y a la vez a todos los hombres.

Eligiéndose el hombre; éste, es responsable por él y por todos, y, crea una cierta imagen del hombre que él elije. La consecuencia de ser responsable por todos los hombres es la angustia: “El existencialista suele declarar que el hombre es angustia. Esto significa que el hombre se compromete y que se da cuenta de que es no sólo el que elige ser, sino también un legislador, que al mismo tiempo que asimismo elige a toda la humanidad, y, no podría escapar al sentimiento de su total y profunda responsabilidad”[4]

Sartre dice que el hombre es libre, el hombre es libertad. Pero si por otra parte Dios no existe, tampoco existen valores u mandatos que regulen nuestra conducta, es decir, no tenemos ni justificaciones ni excusas, estamos solos; a esto, se refiere Sartre, al decir que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo y, sin embargo, por otro lado, libre, porque una vez arrojado al mundo, es responsable de todo lo que hace: El existencialista no cree en el poder de la pasión. No pensará nunca que una bella pasión, es un torrente devastador, que conduce fatalmente al hombre, a ciertos actos, y que por tanto, es una excusa; piensa que, el humano es responsable de su pasión[5].

La consecuencia de ser responsable por todos los hombres es la angustia.

Hablando de moral, el filósofo francés se refiere a ésta como una creación, equiparándola, con una obra de arte, porque en ambos casos existe creación e invención. Sartre dice, que no podemos decir a priori lo que tenemos que hacer; el hombre se ve obligado a inventar él mismo su ley, el hombre se hace al elegir su moral.

Por último, dice Sartre, que se le han hecho severas críticas por desacreditar el humanismo; y le preguntan si el existencialismo podría ser humanismo. Sartre responde, que en efecto, esta corriente, podría llegar a ser un humanismo en el sentido de que “el hombre está constantemente fuera de sí mismo; es proyectándose y perdiéndose fuera de sí mismo como hace existir al hombre. No hay otro universo que este universo humano, el universo de la subjetividad humana”[6]. Éste es el carácter humanista del existencialismo estar en el centro de su universo.

Antes de que el hombre exista, la vida no es nada; les corresponde a los hombres darle sentido, y el valor de la vida, no es otra cosa que el sentido que nosotros elegimos. Por esta razón, dice Sartre, existe la posibilidad de una comunidad humana, hecha por hombres.

BIBLIOGRAFíA
Sartre, Jean-Paul. El existencialismo es un humanismo, Ed. Edhasa, España, 2009.


[1] Sartre, 2009, El existencialismo es un humanismo, España, Ed. Edhasa. P.28

[2] Ibíd. P.31

[3] Sartre habla de dos sentidos de la palabra subjetivismo. El primer sentido se refiere a la elección del sujeto individual por sí mismo. El segundo, es cuando decimos que el hombre se elige, entendemos que cada uno de nosotros se elige, pero esto quiere decir que cuando el hombre se elige, elige a todos los hombres; y este es el sentido del existencialismo. 

[4] Ibíd. P. 36

[5] Cf. Ibíd. P.43

[6] Ibíd. P.85

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