Onfray, La construcción de uno mismo Y el «arte de la agudeza»

El virtuosismo es alumbramiento del ser.

ONFRAY

Michel Onfray, pone al Condottiere como modelo de síntesis. Este entrelaza las formas vitales por medio de una arquitectónica, que según Onfray, es el virtuosismo. Aquí, el filósofo francés hace una distinción entre la virtud y la virtú. La virtú, según este autor, “es singularidad que permite tanto a Vasari designar al artista, como a Maquiavelo caracterizar al político.”1 

Este concepto de virtú se opone al concepto cristiano que embrutece magnificando lo ascético. La virtú, induce al virtuosismo, realizando acciones con brío, elegancia y eficacia2, también implica excelencia y personalidad en la forma de proceder. Onfray habla del Condottiere como aquél que posee la virtú.

Quien conoce la virtú es

“Talentoso, hábil y superior en sus actos y gestos, el virtuoso marca la realidad con su impronta, imprime un estilo y revela caminos que nadie ha emprendido nunca. Con él se manifiestan nuevos métodos, nuevas genealogías: es un punto más allá del cual pueden aprehenderse algunas prácticas de otra manera, una suerte de primer día para un año nuevo.”3 

La cualidad principal del virtuoso es su capacidad de innovar por medio de la creación, para esto requiere de audacia y determinación, de coraje y certeza, de voluntad y personalidad.4  Así, los virtuosos son creadores y artistas .

El virtuosismo es a la vez moral y estético, ya que, con él desaparece todo desorden o caos para dar paso al orden, al sentido y la forma; también se necesita de cierta habilidad, de sensibilidad y destreza.

Con estas cualidades, una persona virtuosa es elegante, amiga de orden, con un actuar novedoso el cual no sólo es novedoso sino que marca rumbo con su estilo propio. Es así como encontramos los ámbitos estético y moral en una persona virtuosa.

Un aspecto importante en la concepción del virtuoso en Onfray es que éste (el virtuoso) tiene como una de sus principales tareas ser autodidacta y partir de la originalidad en la producción construyendo poco a poco su metodología. El “virtuosismo es alumbramiento del ser.”5 

A diferencia del virtuoso propuesto por el cristianismo, éste se va creando a sí mismo. La idea de pensar en un virtuosismo en los Estados y las Iglesias es contradictoria a la concepción de Onfray dado que éste propone un virtuosismo individualista que sea ético y estético, que tenga que producir una singularidad que sea elegante y bella. Aquí se refleja la inclinación y el interés por el pensamiento de Nietzsche, en el cual no existe más proyecto que aquél que es individualista.

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Onfray protesta contra estas instituciones:

«No me gustan demasiado esos vendedores de virtuosismo que colocan su mercancía tanto entre los dictadores como entre los cardenales, en los palacios o las curias, para beneficio de los fanáticos de las dagas y los venenos. No me gustan ni los Estados ni las Iglesias, y nada es más perverso que el sometimiento del gesto virtuoso a las castas, los grupos, los cenáculos y otras cristalizaciones del gusto gregario».6

Ciertamente, la concepción virtuosa de Onfray propone un solipsismo. Recordando el modelo del Condottiere, por ejemplo, éste no incluye al otro dentro de su proyecto ya que su único interés es el de construirse solo. Tiene que construir en él la estética y la moral que le resulten más satisfactorias.

Onfray no acepta al otro dentro del proyecto del vistuosismo porque “Alimentar la propia edificación con el sometimiento de otro, y comprometer el propio virtuosismo en ese asesinato, anula toda la elegancia que corresponde al uso de la virtù.7

Michel Onfray piensa que el virtuosismo es la construcción de sí mismo la cual requiere de lo bello y lo bueno, aunque esto bello y bueno es la elección de cada persona. Y aunque es así, propone como modelo de virtú al Condottiere, dicho modelo es lo contrario al modelo de virtud propuesto por el cristianismo.

Es cierto que la misma etimología de Condottiere ayuda a definirlo como pretende Onfray ya que Condottiere significa conducir y así, Onfray dirá que el Condottiere es un artísta en el arte de conducir.8 

Otro elemento que distingue la concepción de virtuoso en Onfray es el del arte de la agudeza. Dicha agudeza “es la eminencia de la duración, su excelencia concentrada. Se manifiesta en gestos o palabras, situaciones o silencios. Su cualidad consiste en un chispazo y una ineludibilidad a toda prueba. Quien la produce es un artista del tiempo, dueño de la oportunidad.”9

El mayor arte del que es virtuoso radica en esta capacidad de extraer agudezas del tiempo. Consiste en la expresión de símbolos que no se pueden evitar, para esto debe de ser hecha en el momento o tiempo exacto para asegurar su cualidad. Asegurando esto, el objetivo de la agudeza se cumplirá, el cual es que, dicha la palabra o hecho el gesto en el tiempo indicado se provocará un movimiento que orientará hacia nuevas direcciones modificando datos ya establecidos.

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Bibliografía:

Onfray, Michel, La construcción de uno mismo, La moral estética, Perfil Libros, Buenos Aires, 2000.

1Michel Onfray, La construcción de uno mismo, Libros Perfil, 2000, p. 37.

2Ibidem.

3Ibidem.

4Cfr., Ibidem, p. 38.

5Ibidem.

6Ibidem, p. 39.

7Ibidem, p. 40.

8Ibidem, p. 43.

9Ibidem, p. 40.

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